Esto de que el hospitality lo monte Heineken tiene de malo que sólo te dan cerveza de beber... ¡Espera! ¡No se me ocurrió pedir agua! Pero cubatas sé que no daban... Bueno, aunque podías elegir entre caña en vaso o un botellín de aluminio muy cool...
Mayer nos demostró que no sólo es un gafapasta retro y autosuficiente amante del vinilo, sino que sabe sostener un directo brillante. Incluso comentó que dando un concierto en una playa le apetecía hacer algo especial y adaptó un tema al ritmo del reggae. La banda muy solvente, incluso con los coros. ¡Un buen concierto!
Como a las 2 de la madrugada aún teníamos el cuerpo de jota nos buscamos un local con marcha y caímos en Altxerri donde descubrimos a Bottom Club. ¡Qué caña! ¡Qué energía y saber hacer! ¡Y estaban en su segundo pase!¡ Y qué ambientazo en el local! ¡Y allí estaban The Very Best en pleno, con Johan Mikael Karlberg, tan alto, pálido, y gafoso como antes! Y uno de los cantantes, en primera fila y completamente desfasado, le estaba enseñando a una rubia el sensual ritmo de Malawi... desde muy cerca. ¡Se empleaba con más energía que en el escenario ja ja ja ja jaja ja!
Alas 4:30 a casa con los pies rebentaos. ¡Qué suerte que hay autobús a esas horas! ¡Otro gran acierto de nuestra perenne alcaldía!
Y bueno, parece ser que se divirtió lo suyo... Que envidia
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