miércoles, 29 de abril de 2009

El gafapasta canónico y el tímido de los cojones

Deambulaba por aquel garito a esa hora en la que ya no se puede retrasar más la búsqueda de pareja. Alrededor de la columna central con posavasos, un gafapasta, su amigo con pinta de neandertal lánguido, y dos bellezas fingiendo charlar pero, evidentemente, a la caza.
Planeo una maniobra indirecta.
Me acerco con mi trago, lo dejo en el posavasos, y empiezo por comentarle al tipo que me parece un gafapasta canónico. Se lo toma con humor y replica que él es un pagafantas. Su colega ni mu. Charlamos y voy jugando con los tópicos de gafapasta, desde la FNAC, Bladerunner, hasta los discos y los libros, e incluso adivino que le regalaron "El niño con el pijama de rayas" pero que no le acabó de convencer. El tipo a estas alturas ya me cree un exégeta de la causa. Observo cómo las chicas escuchan nuestras conversaciones interesadas y sonrientes.
Estamos construyendo algo...
Le pregunto a ver si no pilla, me repite que es pagafantas, como tiene un poco de pluma intuyo que en realidad pueda ser gay, lo pregunto, pero lo desmiente, con un divertido añadido sobre una experiencia que tuvo y acabó mal, y entonces le sugiero que podrían hablar con las chicas de al lado, que ya muestran algún interés. El gafapasta, como para afirmar su masculinidad, me dice al oído que se las follaba ahora mismo, pero se corta ante la idea de entrarlas y su amigo se azora.
En uno de esos prontos irreflexivos que me dan, me planto ante las chavalas y les presento a mis recientes amigos. Aceptan, se giran, y comentan alegremente que les ha sorprendido que unos tipos hablen de libros en el Be Bop a las 4 de la mañana. Charlamos un poco y, como voy a aguas, enseguida percibo que el grupo está desproporcionado en relación féminas machos. El gafapasta ya ha tomado posiciones y el tímido además de ojos, tiene voz para la otra chavala. Poco a poco me van arrinconando y aquello se convierte en dos dúos y un satélite fuera de órbita.
Es lo que lo llamo el "efecto mamporrero". Preparas el camino pero luego terminas sobrando en el momento más interesante...

Moraleja: Puede que sean gafapasta, puede que sean tímidos pero, por encima de todo, ¡SON HOMBRES!

Yo me separé de la escena, encontré compañía más interesante por mi cuenta y luego acabó volviendo la chica del gafapasa insinuándose, seguramente decepcionada por su elección...
Cómo resolví aquella situación y lo que pasó a partir de entonces forma parte de otra historia, y deberá ser contada en otra ocasión...

domingo, 26 de abril de 2009

Urgull

Te quedas en tu ciudad en Semana Santa y unos se burlan y otros te envidian, así son las cosas. Como el chaval tiene vacaciones, te lo llevas a dar una vuelta para enseñarle lo nuevo, sufrimos las obras constantemente pero a cambio tenemos novedades, y te llevas la cámara porque piensas en el blog.
Esta ciudad se te acaba enseguida si caminas sin pensar y a menudo lo hace a orillas del mar, así que acabas en el aquariun que también tiene novedades. Pero como tu plan era caminar, tomas la vía montuna y te subes a Urgull. Y te acuerdas de cosas y se las enseñas al chaval, que pone el mismo interés que un lagarto por la sopa... pero tú les sacas fotos.

Este es el Monte Urgull, que domina el puerto y la Parte Vieja de Donostia.


Aunque llegues arriba sin aliento, puedes contemplar vistas como esta.


Urgull fue el principal baluarte defensivo de la ciudad, y está lleno de fortificaciones y caminos que serpentean entre sus murallas y baterías.



Afortunadamente el musgo de la inactividad se ha apoderado de sus muros...


En la cima hay un castillo roquero y en sus patios almenados todavía podemos encontrar cañones de más de 300 años de antigüedad, como este sobre el que un joven Munchaussen aguarda para cabalgar la bola que le hará volar hacia la aventura. (Y puedo ser aún más pedante jajaajaja)

Pero a mí el que me encanta es este. Es una bombarda. Se llama Rosita Wicke y en su fuste reza grabada la siguiente leyenda: "Me llamo Rosita Wicke. Siembro la muerte y el gemido. Me hizo Juan Vastenove. Esto es verdad. Año 1502"
Y si lo dice Rosita... ¡Yo lo creo!



Y en la bajada, en uno de los baluartes, desde hace años, como recuperada de una batalla, a veces más real que metafórica, ondea la Ikurriña. ¡Toma ñoñostiarrismo!


En el Bule, recuperada la horizontalidad, te puedes encontrar a tipos como este, que viven permanentemente en la cuerda floja...


¡Pa qué nos vamos a ir a otra parte!

jueves, 23 de abril de 2009

El gay con un pedo del 15 y su amiga la lesbiana abulense.

Lo que se ve desde el Be Bop al entrar.

Ahora mismo mi entendimiento se halla dividido entre la sensación de que quizás yo provoque sucesos extraños a mi alrededor, o que tal vez esos sucesos no tengan nada de extraordinario y a mí me lo parezca.
Esta noche he ido con un amigo al cine para ver la del Lobezno, a pesar de estar advertido por varios blogs de que era una mierda y, evidentemente, era una mierda; pero no una mierda común ¡Una pedazo de mierda que ofende a la inteligencia!
Charlamos, el colega se va a casa y, como para desquitarme, me voy al Be Bop a eso de las 2 de la madrugada. Estoy tan quemado con la puta peli que, cuando me saluda Jordi, uno de los camareros, le cuento que la he visto, me dice que a él le ha gustado y, aún a riesgo de ofenderle, le digo que me ha parecido una cagada integral. Luego hablamos de Watchmen y ya equilibramos...
Zascandileo por el local conforme se va llenando, hablo con El ingeniero, saludo a Eddy, me tomo mi agua, escucho el soul, calibro a las pavas, veo la insólita proyección de un bucle de actuaciones de Frank Sinatra en la pared... pero no entro en ambiente, y al cabo de un rato me pido un cubata. Sorprendentemente Jordi me invita. Y con Habana 7 ¡Te cagas! Me animo un poco más.
Estrategia diferida, me pongo a hablar con un par de tipos que parecen afables; el rollo de qué tal ven en ambiente, estrategia de abordaje conjunta, y luego palabras de ańimo mutuas en plan coaching.
A partir de ahí los acontecimientos se entremezclan y precipitan, y me resultaría imposible recordar la cantidad de gente con la que he charlado y el sinnúmero de chicas ante las que he realizado mi parodia de baile...
Otro cubata y ¡no me quieren cobrar! Saco una foto a los camareros. ¡Son un amor!


El flashazo rompe completamente la cálida oscuridad del local... pero es lo que hay.
(Alguno podría interpretar, sin leer el texto, que estos son el gay y la lesbiana, así que, para que queden bien claro ¡Son los camareros del bar y son un amor!)

Se llega la hora del cierre, música fuera, luces arriba, justo cuando charlaba con una Tolosarra con nariz de diosa. Salimos juntos y en la calle sigo contándole mi rollito sobre fisiognómica. Se muestra muy interesada. Hasta el punto de decirme que ha sido su conversación más interesante esta noche, lo que halaga mi petarda vanidad. Su amiga termina la charla con otro tipo, la reclama y su sonrisa y su nariz desaparecen calle abajo.
A mi alrededor revolotean los borrachos sin casa, un par de pavitas descarriadas y una rubia, y aquí permitidme una pausa enfática... ¡Una rubia que quitaba el hipo!
Le doy bolilla, toreo como puedo a los borrachos... ¡y le doy bolilla! Sonríe, bromea, finge acentos, me da cinco nombres y cinco procedencias geográficas distintas... y lo más extraño es que de vez en cuando se acercaba un tipo gordito con un pedo del 15 y me la arrebataba unos segundos. Al tipo no le entiendo una verga. La chicha es una cachonda de aúpa. Como no me separo, me confiesan que quieren ir al Bata y yo me ofrezco para acompañarles. El gordido borracho me masculla cosas y la rubia me vacila sin tregua, nueva procedencia que centramos en Ávila, acentos y ocupaciones diversas, y yo voy haciendo cábalas de cual puede ser su relación. Colijo que marido y mujer casquivanos, por la familiaridad de su trato. Lo cuento y el gordito se descojona y me dirige al oído balbuceos que no alcanzo a comprender. La rubia, como que sí pero como que no, pero como que ya no sé qué pensar. Procedo a cantarle un tango. En esto el gordito se esmorra al bajar de una acera, me jode el final del tango, la rubia se descojona y hemos de levantarlo entre los dos.
El tipo se duele de verdad de la espalda y me ofrezco a servirle de apoyo. Paso su brazo sobre mis hombros y doy la mano a la rubia. Lo de la mano es gratuito. Parecemos el trío de la bencina.
Al gordito se le ha pasado medio pedo con la hostia y ya se le empieza a entender algo. Me dice como que está alucinando porque la rubia se ha dejado dar la mano por un tío y luego que me agradece mogollón que le ayude. Yo que para eso estamos, que me encanta conocer gente, chicas guapas en particular, que me estoy divirtiendo, que son más majos que la leche... mi verborrea habitual... más bromas pero... hay algo que aún no pillo.
El Bata está cerrado y el gordito no puede con su alma. Quieren volver a la pensión. Mi moto está aparcada justo en aquella dirección. Me ofrezco a acompañarles y no se niegan.
Sigo haciendo de apoyo, la rubia sigue con el vacile, y me confiesa entre risas que el gordito es su amigo gay. El gordito me confiesa a su vez que la rubia es su amiga lesbiana.

Al principio no doy crédito. El gordito me lo asegura y la rubia tiende hacia mí sus ojazos azules y asiente. Me cuenta que es el amigo que le espanta a los tíos mientras trata de ligar con chicas... A partir de aquí sólo hacen bromas de maricones y bolleras. Ella añade algunos detalles, el tipo, ya mucho menos borracho, completa con otros, sabe perfectamente que soy hetero, le entra la risa floja ante lo insólito de la situación, y se disipan mis dudas.
Buenísimo buen rollo desde aquel momento. El gordo me adora y ella me tolera. Él me asegura que es casi un milagro que no me suelte la mano...
Nos llegamos a la pensión, besos y abrazos, amor fraterno, despedida y cierre.

Siete de la mañana. Regreso a casa. Me siento bien... ¡Muy bien!
¡¡¡¡¿¿¿¿Cómo no iba a contar esto????!!!!!!



Lo que se ve desde el Be Bop al salir.

viernes, 10 de abril de 2009

Calle Zemoria

Esta calle podría pertenecer al arrabal de cualquier ciudad...


Bueno, aunque viendo el estilo de esta casa, algunos ya podrían centrarse en el País Vasco.


El nombre de la calle no da muchas pistas... aunque alguno podría identificar esas marcas amarillas como el indicativo de una ruta montañera...


Si os digo que se puede bajar por este callejón y ver el mar, muchos ya os estaréis centrando...


Y si añado que el callejón desemboca aquí muchos ya lo habréis adivinado: ¡Sagüés!


Claro, es Donostia pero, ¿Cuántos sabíais que a cincuenta metros de la Avenida de Navarra, sobre el Centro Cultural Okendo y la hermosa gasolinera Larramendi, en un extremo de Gros...
...hay una empinada calle llamada Zemoria, donde comienza un camino que sube hasta el monte Ulía?


Y cien metros más abajo la playa de la Zurriola, con su hermoso Kursaal y su mar rugiente. (Me encanta pasear por ella en primavera, cuando la marea ha abandonado toda clase de regalos en la arena...)


Y en el agua los surfistas, claro...(Bodyboarders, en este caso) ¡Y en cualquier época del año!




Esto no es California, no... ¡Ni falta que hace!