Es un claro ejemplo del arraigo del bilingüismo en esta ciudad.
Y también del escaso grado de civismo pues, aunque no se aprecia en todo su esplendor, bajo el escaparate había una hermosa meada de perro.
Relacionada, de alguna manera con esta.
Blog de publicación infrecuente, levemente gafapasta, sobre asuntos donostiarras insólitos, mínimos, o de índole nostálgica y cultural.
Chucho perro... No, si el hombre es el hombre donde quiera que ponga el píe, los perros no se nos quedan muy atrás, me parece...
ResponderEliminarAndaba yo en las ruinas caribeñas, pero ya volví...