Me he dado una vuelta por las dos vallas donde el consistorio permite pintar y he sacado fotos:
Una vista general de los graffitis de los cines Principe, una de las sedes del Zinemaldia.
Esta discontinuidad en la valla es la entrada a las obras del Museo San Telmo... ¡Espera! Se adivina algo a la derecha. ¡Acequémonos!
¡Eh! ¡Esto parece una crítica!
¡Y esto otra!
Esto, evidentemente, no es un graffiti libre, se ha hecho por encargo del Festival de Cine...
A ver... ¡Acerquémonos!
¡Parece otra crítica!
Claro, al fin y al cabo eso debería ser el graffiti: una forma de expresión libre. La voz de la calle.
En este otro queda bien claro... Aunque parece que a alguien no le ha gustado y ha tratado de tacharlo. También esta en su justo derecho. A lo que no tenía derecho es a quitarme el rotu de la mano, y tirarlo a la playa. (Por cierto, creo que son delito ambas cosas) Ese derecho se lo otorgó su tamaño y el uso de la violencia.
Por cierto: Bansky no pintó.
ACTUALIZACIÓN
Parece que ya comienzan a sumarse las críticas...
Y hay quien dice que Bansky sí vino y que ha pintado esto:
Por supuesto, fuera de la valla institucional, del horario previsto, sin permiso y sin avisar. Como está sin firma, puede tratarse de la obra de cualquiera.
A mi es que el graffitti institucional no me parece tan delesnable, siempre y cuando se permita la libre expresión del graffitero y no se imponga (como parece) una temática...
ResponderEliminarPor lo demás, también me parece perfectamente válido que alguien más vaya y pinte su desacuerdo
tenian que haber dejado esa pintada hasta el final, esta muy guapa y a mi por lo que vi me gusto.
ResponderEliminarSaludos