martes, 22 de septiembre de 2009

Mi Festi privado

El cubo grande del Kursaal, sede principal del Zinemaldia.


Los carteles frente al río Urumea.


El cartel de la peli bluf con la estrella visitante.


El condenado este parece Oquendo, el tipo de la estatua.


Los guiris escuchan a su guía. Sí, la chica subida al banco.


Limpieza: El primer mandamiento del glamour.


El "Pintxo" del Festi. Anchoa marinada en rollo de película de hojaldre.


Las tiendas aprovechan el tirón del festival.


Pisando la alfombra roja. ¡Ahora brillo como una estrella!

sábado, 12 de septiembre de 2009

Kontxa

El mar de mi infancia estaba tras un muro, y tardé en saber que era una maravilla. Se me antojaba tan artificial como un aparcamiento.
Donde terminaba la ciudad había una barandilla y más abajo la playa y el mar.
La playa era un continuo de gordas embutidas en flores y niños gritones rebozados en arena. Yo odiaba la arena pegada a mi piel...
Bajábamos por una rampa de adoquines que olía a pies, nos quitábamos las zapatillas y buscábamos un hueco entre la gente. La arena servía para hacer castillos y eso estaba bien, pero cubría las toallas y se colaba bajo las uñas, y eso era odioso.
El agua siempre estaba demasiado fría, demasiado salada y demasiado profunda.
Sin previo aviso el mar se inflamaba, subía con la marea y se comía la playa. Gordas, criaturas y jubilados se arrastraban rampa arriba maldiciendo.
Aquel mar me parecía tan enorme como inútil. Entonces no sabía que era nuestra madre. El señor del planeta; el llanto de la historia. Ni lo imaginaba preñado de peces, colmado de joyas y lleno de esqueletos.

Playa de la Concha, en Donostia, ¡dónde si no!

El cangrejo y los puentes






El puente el Kursaal sobre el Urumea, justo antes de su desembocadura en el Cantábrico.


Puente de Santa Catalina, que une la Avenida con el barrio de Gros, paso obligado en el centro de Donostia, con más tráfico de peatones que de vehículos. Fantástico sitio para ver y ser visto.

Las gaviotas argénteas toman su baño matinal en el río, antes de buscar su sustento en el mar.


El puente de Maria Cristina, que une el centro de la ciudad con la estación de tren, y que convierte Donostia en un petit París.

La luz que habéis podido observar en estas imágenes es la habitual en Donostia, donde predominan los días nublados y el ambiente húmedo. Los montes circundantes se mantienen verdes aún en el más tórrido verano. Traed bañador y chubasquero desde Junio hasta Octubre.
Preguntad por Kanif en los bares ja ja jaja jajaja ja.